Ortodoncia
Promoción de Septiembre
Odontología
El stress y la ansiedad laboral o emocional es una constante en estos días, si además agregamos factores comunes como las disfunciones dentarias y los malos hábitos como el masticar chicle o uñas, en cualquiera de estos casos, lo que ocurre es un aumento de la actividad muscular, lo que tiende a posicionar la articulación temporo-mandibular en una mejor posición, lo que se traduce en un apriete dentario excesivo, a lo que llamamos comúnmente como Bruxismo.
El bruxismo puede ser diurno o nocturno y afecta a un % importante de la población, y se conoce más comunmente por el hábito de rechinar y apretar los dientes de forma inconsciente y no funcional.
Las repercusiones pueden verse a mediano y largo plazo, se dañan las articulaciones y se desgastan los dientes de forma irreversible. Puede causar además sensibilidad frente a los cambios de temperaturas, fracturas dentarias, enfermedades en las encías, dolor muscular, además de ruidos al abrir y/o cerrar la boca. También se puede ocasionar dolores de cabeza que mejoran con el tratamiento del bruxismo.
El bruxismo puede tratarse mejorando la mordida, ya sea con planos de relajación, tratamiento de ortodoncia, desgastes selectivos, eliminando los malos hábitos y manejando el stress.
Los planos de relajación relajan la musculatura y además protegen los dientes de las fuerzas excesivas.
Actualmente existen alternativas eficaces y comprobadas científicamente para el tratamiento del bruxismo, además del plano de relajación. Se trata de la aplicación de toxina botulínica tipo A (Botox) en los músculos maseteros y temporales.
La aplicación de la toxina botulínica tipo A) en los músculos masticadores ha demostrado ser una excelente herramienta para combatir las alteraciones del bruxismo. La toxina es un potente relajante muscular local que actúa por un amplio periodo de tiempo (hasta 6 meses), relajando los músculos masticadores afectados, sin producir los indeseables efectos secundarios de los relajantes musculares sistémicos (somnolencia, relajación de musculatura no afectada, disminución de reflejos, etc.).
Numerosos estudios demuestran que la neurotoxina botulínica pueden reducir la frecuencia de eventos de bruxismo, disminuir los niveles de dolor inducido por el bruxismo-y satisfacer a la autoevaluación de los pacientes con respecto a la eficacia de la toxina botulínica en el bruxismo.
Además, las inyecciones de toxina botulínica en una dosis de <100 U son seguros para los pacientes por lo demás sanos. Por lo tanto, se pueden utilizar clínicamente para pacientes sanos con bruxismo.