Ortodoncia
Promoción de Septiembre
Odontología
La cirugía bucal es la más antigua de las especialidades de la odontología. Esta especialidad engloba el diagnóstico y el tratamiento quirúrgico de las enfermedades que se producen en la boca, los maxilares y sus tejidos.
La cirugía oral comprende todo tipo de extracciones, estirpación de lesiones y análisis histológico de los mismos, además de los implantes. Se encarga de diagnosticar y tratar quirúrgicamente las enfermedades, traumas y defectos de los dientes, la boca, los maxilares. Trata tanto los aspectos funcionales como los estéticos. Corrigen la mordida, mejoran el tamaño de las encías, colocan implantes dentales y diagnostican y tratan un amplio espectro de enfermedades bucales. Luego de la cirugía bucal, la cirujana se encargará de recetarte los analgésicos y antinflamatorios necesarios para evitar cualquier complicación.
Cuando escuchas las palabras ‘cirugía oral’ puede que pienses en un hospital, anestesia general y uno o más días de recuperación para este tipo de procedimientos dentales; si este es tu caso, te sorprenderá conocer aquello que considera cirugía oral en odontología. Muchos procedimientos que realizamos en nuestra clínica dental se consideran procedimientos orales quirúrgicos y los pacientes que los requieren los pueden recibir sin la necesidad de entrar en ninguna lista de espera.
La cirugía oral más conocida de todas es las extracciones dentales. La razón por la cual puedes requerir una extracción dental puede ser:
Para más información acerca de la cirugía oral, coméntaselo a tu dentista de clínica Ceinsa
Los dientes incluidos son dientes que no han erupcionado durante su periodo normal de erupción y permanecen dentro del hueso, parcial o totalmente.
Cualquier diente puede sufrir este proceso de inclusión, pero suele afectar sobretodo a las muelas del juicio superiores e inferiores, y a los caninos (colmillos) superiores. Esto es debido a que estos dientes son los últimos en erupcionar y, por lo tanto, tienen más problemas de espacio.
En estos casos debemos descartar cualquier tipo de patología y realizar una radiografía panorámica para poder saber la causa en este retraso de la erupción.
Cuando nos encontramos con uno o varios dientes incluidos, podemos tomar tres actitudes:
1.- Abstención terapéutica (no tratarla)
2.- Extracción quirúrgica
3.-Recolocación del diente incluido en la arcada dentaria
La abstención terapéutica no suele ser aconsejable, ya que todo diente incluido es susceptible de producir patología (de tipo infeccioso, quistes, reabsorción de las raíces de los dientes adyacentes, etc.) Sin embargo, existen situaciones en las que deberemos adoptar esta conducta y hacer controles periódicos del paciente.
La extracción quirúrgica se realizará en último caso, cuando no se pueda llevar a cabo un tratamiento de ortodoncia para colocar el diente en su sitio, haya patología asociada a la inclusión (quistes voluminosos, infección, reabsorción de las raíces de dientes vecinos…) o una enfermedad general grave.
El tercer molar incluido, sobre todo el inferior, tiene una consideración especial, ya que su extracción ha de plantearse como primera opción de tratamiento.
La recolocación del diente incluido en la arcada dentaria es el tratamiento de elección para todo diente incluido que tenga importancia estética y funcional, y puede llevarse a cabo mediante dos tipos de procedimientos:
A) Quirúrgico-ortodóncico: es un procedimiento que combina cirugía y ortodoncia.
B) Quirúrgico: requiere sólo cirugía.
Los problemas en la erupción de los terceros molares es muy frecuente, y esto es debido a que en la evolución del hombre, el tamaño del maxilar superior y de la mandíbula ha ido disminuyendo más rápidamente que el número de dientes. Esto produce una falta de espacio que impide la normal erupción de éstos.
La importancia de extraer las muelas del juicio incluidas radica en que estos dientes son una “bomba de relojería”, que pueden empezar a dar problemas en cualquier momento.
En su intento por salir, los cordales, empujan al resto de dientes que ya están colocados en la arcada, pudiendo provocar apiñamiento y malposición de los mismos. De igual manera, los intentos de erupción de estas muelas provocan episodios de dolor, inflamación y supuración.
Los problemas más serios ocurren cuando el saco que rodea a la muela incluida se llena con líquido y se agranda formando un quiste. El quiste crece, dañando permanentemente las muelas adyacentes, el hueso circundante y los nervios. En raras ocasiones, si el quiste no es tratado se puede formar un tumor en sus paredes y quizás sea necesaria una intervención quirúrgica más seria para eliminarlo.
Siempre es mejor realizar la extracción cuando no existe sintomatología ni molestias, ya que el postoperatorio es mejor.
Como los dientes extraídos antes de los 20 años tienen raíces menos desarrolladas, se recomienda que las personas de entre 16 y 19 años acudan al odontólogo para que el profesional evalúe la necesidad de extraer sus muelas del juicio. Como las raíces no se han formado completamente, el hueso circundante es más suave y hay menos posibilidades de dañar nervios y otras estructuras cercanas. La extracción de las muelas de juicio a una edad posterior es más compleja porque las raíces están desarrolladas totalmente (pueden involucrar el nervio) y el maxilar es más denso.
Es una intervención totalmente indolora cuya duración oscila de los 10 a 30 minutos y generalmente precisa la colocación de puntos de sutura que se retiran en 7 días.
Como la muela del juicio no ha erupcionado normalmente en la boca, suele ser necesario hacer un pequeño corte en la encía que la cubre. En ocasiones también es necesario eliminar algo de hueso que rodea la muela del juicio, o bien cortar la muela en dos o tres fragmentos. Una vez se ha extraído, la encía se repone con puntos.
El postoperatorio viene determinado por la posición de los cordales y el tipo de intervención. El cirujano valorará su caso, y le detallará con la mayor exactitud el postoperatorio.
Generalmente la extracción de los cordales implica un edema (hinchazón) postoperatorio que puede ser de leve a moderado, entre uno y tres días. Durante estos días deberá seguir una dieta blanda, y el grado de edema determinará el momento de volver a su vida normal. Durante las primeras horas la aplicación de hielo local reducirá la hinchazón postoperatoria. Deben seguirse estrictamente las pautas de higiene indicadas por el odontólogo y evitar el enjuague violento o demasiado vigoroso en las primeras 24 horas.
La fenestración dentaria consiste en eliminar el hueso y la mucosa alrededor de un diente incluido con el fin de liberar y visualizar la corona del diente, permitiendo al ortodoncista colocar un bracket y llevar este diente a la arcada.
Generalmente se realiza en los caninos (colmillos) superiores, ya que después de los cordales, son los dientes que con mayor frecuencia presentan problemas de erupción, o no llegan a erupcionar quedando incluidos en el hueso.
Los caninos son dientes muy importantes en la arcada dental, por ser dientes muy fuertes y que dirigen a la boca en sus movimientos, por lo que se deben hacer todos los procedimientos para poder obtener su erupción. La extracción del canino incluido se debe considerar como la última alternativa cuando el resto de tratamientos para obtener su erupción no consiguen el resultado deseado.
Generalmente la erupción del canino se produce alrededor de los 13 años.
Sin embargo, es aconsejable no esperar a esta edad y realizar una ortopantomografía (radiografía panorámica de la boca) a los 8-9 años para comprobar que el niño presenta todos los dientes y que no existen obstáculos a la erupción.
La fenestración requiere de un tratamiento coordinado entre el cirujano bucal y el ortodoncista. El cirujano debe realizar una pequeña ventana en la encía (fenestrar) que permita al ortodoncista colocar un bracket para traccionar del diente hasta la arcada. Previamente el ortodoncista habrá creado el espacio para el diente en la arcada mediante aparatología, que a la vez servirá como punto de apoyo para el movimiento de tracción.
La fenestración del canino es una intervención que se realiza con anestesia local. Es un proceso totalmente indoloro, de 20-25 minutos de duración, y con un postoperatorio sin edema (hinchazón), y que requiere una dieta blanda durante 2-3 días. La coordinación de los tratamientos implicará que tras la retirada de los puntos de sutura, el paciente debe visitar en breve al ortodoncista para iniciar el tratamiento ortodóncico.
Los frenillos son unos pliegues de la mucosa que unen dos superficies contiguas, y que en determinadas situaciones pueden causar problemas ortodóncicos, fonéticos, periodontales y protésicos, debido a variaciones en su forma, tamaño y posición. Según su localización se clasifican en:
1) Frenillo labial superior
2) Frenillo labial inferior
3) Frenillo lingual
Cuando el frenillo labial superior es demasiado grueso y se inserta demasiado abajo (cerca de los incisivos), puede producir una separación anormalmente grande entre los incisivos superiores, así como, en casos extremos, dificultad para mover el labio superior. Esta separación entre los dientes ocasiona además alteraciones de la fonética del paciente produciendo un sonido balbuceante o de silbido por causa del espacio existente, aunque este problema ocurre en casos muy severos.
El frenillo labial inferior ocasiona muchas menos alteraciones que el superior, entre las que destaca la retracción gingival y la gingivitis, debido a la imposibilidad del paciente en hacer una higiene bucal correcta.
El frenillo lingual puede ser excesivamente corto, produciendo una serie de alteraciones que van a dificultar el desarrollo normal del niño:
1) Alteraciones del lenguaje y del habla: el frenillo lingual corto, en algunos casos, dificulta la elevación normal de la punta de la lengua para la pronunciación de los sonidos /t/, /d/, /n/, /l/ y /rr/. No obstante, los niños se adaptan con facilidad a este problema y su pronunciación llega a ser aceptable. Se considera que la alteración es importante cuando:
– La punta de la lengua no puede sobresalir más allá de los dientes o del borde de las encías.
– Cuando la punta de la lengua tenga una muesca al sacar la lengua al máximo de la boca.
2) Dificultades en la lactancia y deglución: un frenillo lingual corto favorece la persistencia de una deglución atípica, con una posición de la lengua avanzada entre los incisivos. Esto puede producir un colapso para el crecimiento del maxilar superior y alteraciones en la mordida de la boca. En bebés la lactancia podría verse comprometida.
3)Alteraciones en relación con la prótesis: un frenillo anormalmente corto o con una inserción demasiado arriba, puede comprometer la estabilidad de una prótesis removible (de quita y pon) inferior.
4)Otras alteraciones: puede traumatizarse el frenillo lingual por el contacto con los incisivos inferiores y formarse una úlcera o incluso llegar a desgarrarse por completo.
Se corrige mediante intervención quirúrgica que consiste en la eliminación total del frenillo y de su inserción (frenectomía) o reubicando la inserción del frenillo en una posición normal (frenotomía). Si después de la cirugía del frenillo labial superior no se consigue el cierre del espacio entre los incisivos superiores, se requerirá tratamiento de ortodoncia.
La intervención se realiza mediante anestesia local. Actualmente este tipo de intervenciones son muy rápidas con la utilización del láser quirúrgico, se realiza de manera ambulatoria y no requiere de la utiización de sutura
Los torus son unos agrandamientos benignos del hueso que pueden aparecer en la parte interior de la mandíbula o en el paladar. Este agrandamiento puede consistir en una única formación ósea o múltiples “callos” óseos.
La extirpación habitualmente no es necesaria, a menos que interfiera con la colocación de una prótesis removible. Con menor frecuencia, los torus pueden hacerse excesivamente grandes, produciendo alteración en el habla y ulceración de la mucosa. En este caso también estaría indicada su extirpación.